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La memoria como resistencia frente al horror
Quinta columna "La cámara de lo real", para el programa radiofónico "La caja mágica" en la estación 96.3 FM de Jalisco Radio
*Dedicada a los desaparecidos
Los hechos de las últimas semanas no pueden pasar desapercibidos. La violencia se ha colado y ha alcanzado niveles que marcan una nueva pauta de lo que conocíamos hasta el momento. Es imposible no pensar que una vez más se han formado nuevos imaginarios colectivos y la memoria –como antídoto contra la deshumanización– toma espacio esencial para no olvidar aquello que como sociedad nos atraviesa. Por lo que esta columna estará dedicada a hablar de las imágenes que desde una perspectiva humanitaria han reconstruido las temáticas del horror. No sin antes recordar una frase poderosa de Giselé Freund, en su libro, “La fotografía como documento social”, lectura imprescindible, editada por el sello Gustavo Gilli quien de forma lúcida expone: “La importancia de la fotografía no sólo reside en el hecho de que es una creación, sino sobre todo en el hecho de que es uno de los medios más eficaces de moldear nuestras ideas y de influir en nuestro comportamiento".
Por lo que si la memoria así como la identidad-imaginarios son formulados desde las imágenes y éstas desde distintas perspectivas sobre lo que es la realidad, las imágenes hechas en torno a la desaparición de personas así como la violencia en nuestro país son las bases de como sociedad así como artistas o creadores afrontamos narrativas que nos son superadas desde la perspectiva del hecho así como del contexto que actualmente forman la conciencia de nuestro país.
- “Recetario para la memoria”, fotolibro creado por Zahara Gómez en conjunto con Clarisa Moura, Tai La Bella Damsky y el colectivo Las Rastreadoras del Fuerte relata a través de las recetas favoritas de desaparecidos, la historia del colectivo asentado en Los Mochis en el año 2014. Zahara inició a hacer levantamientos fotográficos con ellas desde el 2016 de donde se desprenden distintos trabajos: “Tesoros”; el Recetario que tiene dos apartados, uno denominado “Recetario Guanajuato” y el segundo, “Recetario Sinaloa” y “Cancionero para la memoria”, donde rescata desde la música la vida y memoria de los familiares que buscan a los desaparecidos y desaparecidas.
- “Nombrar hasta encontrarles” de Alexa Herrera, el cual dialoga sobre la contranarrativa que se encuentra en la Ciudad de México. Mientras se habla de una ciudad cosmopolita la ciudad más grande del país se encuentra llena de letreros de búsqueda de personas donde los rostros y él “se busca”, llenan las calles de aquellas personas que viven en las periferias: fuera de los espacios de poder. El trabajo de Alexa con la Brigada Nacional de Búsqueda inició desde el 2021 y fue en el 2023 durante el Seminario de Producción Fotográfica, donde pudo darle una salida y ser expuesto en el Centro de la Imagen.
- Otro trabajo que recordar es el de Maya Goded, “Desaparecidas”, sobre los feminicidios y desapariciones de mujeres en Ciudad Juárez a inicio de la década del dos mil.
Así como la fotografía es la ventana a una realidad desde la óptica de un ser humano, la memoria creada desde la fotografía nos permite considerar aquello que no logramos ver cuando sólo hablamos de violencia, ¿qué hay detrás? ¿Qué caras son las que no observamos en los medios de comunicación tradicionales?¿Y cómo es que saber qué huesos se regaban como polvo no ha resquebrajado la dinámica de lo cotidiano?
Ser fotógrafa y no ser olvidada
Cuarta columna "La cámara de lo real", para el programa radiofónico "La caja mágica" en la estación 96.3 FM de Jalisco Radio
*Dedicada a la lucha de las mujeres por la próxima conmemoración del 8M
La fotografía al igual que las demás artes es contada desde la historia única del patriarcado. Los nombres de hombres creadores destacan a la par de sus obras volviéndose referentes del imaginativo cultural y sociohistórico en nuestra sociedad. Sin embargo siempre queda una pregunta en el aire, ¿acaso en estos tramos de la historia no hubo mujeres que participaron y estuvieron a la par de lo que acontece? ¿Y si fue así, cuál fue su papel? ¿El de creadoras o el de acompañantes fieles a la espera de las necesidades de sus parejas o empleadores? Es por esta razón que saber sobre quiénes fueron las mujeres que marcaron hitos en torno a disciplinas es tan esencial –destacando aquí a la fotografía en Jalisco–, para una justa y necesaria construcción de memoria así como el deconstruir lo sabido previamente para poder apostar a una representación plural que encuentre dentro de sus caminos las voces que forjaron los caminos que nosotros como creadoras buscamos impulsar para poder continuar.
El no preservar la memoria de las creadoras es igual de peligroso que decir que no existieron, ¿por qué de otra forma podríamos asegurar que ellas existieron? Desde la interrogativa de Linda Nochlin, sobre cómo la falta de visualización de obras de arte hechas por mujeres no sólo es un aspecto de relevancia del mismo género, sino de las consecuencias que tiene a la propia historia el reducir en una sola narrativa separatista. Por ende el arte feminista, retoma una fuerza, al presentarse como un mensaje político de suversión (Nochlin, L. 1971). Y en este sentido, (Capasso, V. 2018) desde la perspectiva de Chantal Mouffe, el arte se presenta como una condición necesaria de articulación de las prácticas artísticas como modelos de lucha, “con el fin de crear entre ellos una cadena de equivalencia”.
Es así que mencionaré algunas fotógrafas jaliscienses que aparecen dentro del libro Fotógrafas de México 1872-1960 de José Antonio Rodríguez, un libro esencial para conocer quiénes estuvieron antes de nosotras:
Rosario C. de Bañuelos
- Febrero 1892 establece una agencia en el Portal Hidalgo, Hotel la Concha en Guadalajara (Portal Hidalgo, frente a la Plaza de Armas)
Constanza Bermejo
- Aficionada a la fotografía 1901
Luz R.VDA De Galarza
- Aficionada a la fotografía en la ciudad de Guadalajara, Jalisco. hacia 1900
María de Jesús Salazar
- Aficionada a la fotografía en Guadalajara, Jalisco, hacia 1900-1901
María Vallejo
- Considerada la primera fotógrafa tapatía
- Trabajó en el estudio de Octaviano de la Mora
- Estudio localizado en av. Alcalde 17
- Dentro de la lista de los fotógrafos tapatíos en 1920
Lola Álvarez Bravo - Dolores Martínez de Anda
- Considerada la primera fotógrafa mexicana
- Nacida en Lagos de Moreno en 03 de abril de 1907
Eva González
- En 1928 participó en la Exposición de Fotógrafos Mexicanos, organizada por el fotógrafo Antonio Garduño
Eva Mendiola
- Publicaciones en la revista Cultura de Guadalajara
- Fotografía pictorialista
- Especiales publicados en Revistas de Revistas
Es por esto que más que nunca – a propósito del #8M–, es importante recordar a quienes estuvieron antes de nosotras. Quienes con sus luchas como el tener un estudio fotográfico a principios de siglo, que en Jalisco haya nacido la que es considerada la primera mujer fotoperiodista de México, como Lola Álvarez Bravo o como Eva Mendiola, quien fue pieza clave en la vida cultural tapatía, fuera propuesta por el maestro Arturo Camacho para estar dentro de la Rotonda de los Hombres Ilustres, son referentes que deben estar más presentes, dentro de las pláticas a estudiantes o nosotros como fotógrafos, ¿qué hacemos para no ser olvidadas? La respuesta sería buscar rescatar la memoria para obtener un futuro más claro.
La destrucción de las certezas
Tercera columna "La cámara de lo real", para el programa radiofónico "La caja mágica" en la estación 96.3 FM de Jalisco Radio
Esta columna, que vendría a ser la número tres, lo que parece que desde la numerología arropará en definitiva la permanencia de este espacio honrará este número y se enfocará sobre tres temas que al parecer no tienen vinculación: David Bowie, un documental sobre un stringer vietnamita y la película Cónclave. ¿Qué podrían tener en común? Que los tres de una forma muy específica destruyen las certezas que se construyeron alrededor de sus propias narrativas. En la primera relacionar a Bowie con la ruptura de esquemas es algo que podríamos tener por default, pero si a él lo relacionamos con la bellísima película “La vida secreta de Walter Mitty”, la cual narra de una forma metafórica el cierre de un ciclo, en este caso, la revista Life que desde la cercanía e impecable belleza visual retrata la búsqueda personal –por casi todo el mundo– de Walter a través de la búsqueda del negativo de la última portada donde Sean Penn funge como este fotógrafo blanco que se arriesga por el mundo, el típico rock star que más de una vez quienes somos fotógrafos aspiramos alguna vez a ser pero que enarbola lo que la revista, la que sí existió tenía como lema: “Ver el mundo. Afrontar peligros, traspasar muros, acercarse a los demás, encontrarse y sentir. Ese es el propósito de la vida”, y si lo vemos de una forma muy optimista, justo la destrucción de las certezas son las que construyen las nuevas realidades. Primero, que no habría mejor soundtrack que Space Oddity como conducto auditivo de un proceso de cambio, así como que la fotografía y todo lo que gira alrededor suyo es un salto al vacío, una genuina búsqueda por lo imposible, por la destrucción de certezas. Tal y como sucede actualmente en la esfera internacional. Hace unos días en el festival de Sundance se estrenó el documental, “The Stringer”, producido por la Agencia VII, donde un fotógrafo independiente Nguyen Thanh Nghe en Vietnam afirma haber sido el verdadero autor de una de las fotografías más conocidas en la historia: “La niña de napalm”, la cual retrata a una niña desnuda huyendo de un ataque en el sur de Vietnam, la cual fue merecedora del premio Pulitzer al fotógrafo de la agencia Associated Press, Nick Ut. Según datos de la revista Proceso y la revista Vanity Fair, “Nguyen dice que tomó la foto icónica de Kim Phuc el 8 de junio de 1972. Nghe dijo que fue al pueblo de Trang Bang ese día como conductor para un equipo de noticias de NBC y capturó la imagen de Phuc corriendo por la calle, llorando y desnuda con los brazos extendidos. Dijo que vendió su imagen a la AP por 20 dólares, y la agencia le dio una impresión de la foto que su esposa más tarde destruyó”. Para su productor, este documental existió porque era una historia que se debía conocer antes del fallecimiento del presunto autor real.
Y en el tercer lugar se encuentra la película Cónclave, una de las más populares en esta entrega de premios, dirigida por Edward Berger basada en una novela homónima de Robert Harris, la cual habla en pocas palabras y para no hacer spoilers de la crisis de un sistema poderoso, que su salvación fue el personaje menos sospechado y que éste mismo terminaría por derrocar las certezas de la evolución de una institución más que conocida fallida. Por lo que, ustedes me dirán, pues, ¿qué tienen en común un cantante y una película donde funge como soundtrack, un documental hablando sobre el reconocimiento de una historia así como una película nominada a múltiples premios? La destrucción de las certezas, del camino distinto. Por lo que si todo cambia, justo revisando el clima de la política internacional, ¿por qué no considerar que nuestra verdad así como nuestros conceptos están en constante evolución? ¿Será que el fotógrafo es una especie de ser con una profunda vinculación al futuro? A todo aquello que no sucede pero que aún así está convencido que sucederá. Porque el momento previo de tomar las imágenes de un mundo posible podría suceder, desde que la memoria con la que se trabaja deje de funcionar, la caída de un lente o incluso el no lograr el material esperado. Pienso, me gusta que sea así, que nada de lo que nos sucede en la imagen está concebido y el fotógrafo es un dador de esperanza porque realmente confía en el proceso mecánico y dinámico de lo que se le presenta enfrente.
¿Lo que vemos es lo que obtenemos?
Segunda columna "La cámara de lo real", para el programa radiofónico "La caja mágica" en la estación 96.3 FM de Jalisco Radio
¿Acaso la imagen es la constante búsqueda por la captura del tiempo? ¿O sólo el pretexto para retener todo en una amalgama visual? ¿Y si realmente lo que obtenemos es un momento de vida y muerte de la persona? Para el fotógrafo coreano, Sung Jin Park es así. Durante una entrevista realizada para la revista Vice sobre su proyecto Kid Nostalgia, donde retrató por ocho años a adolescentes en Seúl, una ciudad conformada mucho antes del boom del K-pop y los K-dramas, mostró a través de sus imágenes la rebeldía de adolescentes que a principios de la década del 2010 reubicaron su identidad, una que era rebelde que se desmarcan de lo tradicional. Para él lo que se muestra es lo que se obtiene, y si fuera así, ¿qué es lo que obtenemos? Según Jin Park, todas las fotografías son un autorretrato de lo que el fotógrafo observa.
Aludiendo un poco al fotógrafo y filósofo japonés, Takuma Nakahira, la imagen en sí misma no es un pensamiento sino posee la totalidad de un concepto. Por lo que, ¿la fotografía termina por ser un micro instante, de una vida tanto para quien fotografía como para quien está enfrente? ¿Y si la fotografía solo es un concepto así como una alusión a lo que no existe en su totalidad? ¿Cómo es que se habla que lo documental o periodístico es la narración de lo sucedido? ¿Y si en Guadalajara la escasez de fotoperiodistas en los medios justo cuarta la realidad y nos muestra un número atinado de circunstancias que se asumen como realidad? ¿Cómo podríamos hablar y suponer que aquello mostrado es realmente la realidad con la que el periodismo se abandera? Quizá vivimos uno de los momentos con mayor crisis gremial y con ello, la mayor invisibilización de un oficio que la misma industria está dictando que debe morir.
Si bien en los últimos años la imagen ha sido redefinida desde lo que ya no debe ser, ¿cuáles son las nuevas reglas del juego frente a lo visto? ¿Y bajo qué categoría el fotógrafo debe replantearse así como lo que termina por producir? Justo en la reunión de becarios del FONCA, en la categoría de Jóvenes Creadores, de la que me encuentro dentro, uno de mis compañeros hablaba sobre esta necesidad de ir más allá de los límites pero no solo visuales, sino conceptuales –el mensaje dentro de la imagen–: porque no hay mayor virtud para un creador de imágenes que constantemente redefinirse fuera de sus propios cánones. Con ello, y aceptando que la fotografía es una plataforma en constante cambio, ¿por qué la industria local que rige al fotoperiodismo o fotodocumentalismo aspira a perpetuar un modelo que ya no funciona? En lo que ofrece y en lo que da.
Para Nakahira, una imagen puede referirse a alguna realidad material externa y existir de forma independiente, por lo que, ¿quién dice que lo que vemos es lo que obtenemos? Quién tendría que decir que las crisis sólo pueden ser enfrentadas cuando los que se encuentran dentro de ellas son los mismos sujetos obligados a buscar soluciones.
DeBí SabEr qUé FOtOgRafEar AnTeS dE HaCEr cLicK
Ésta es la primera edición de la columna "La cámara de lo real", para el programa radiofónico "La caja mágica" en la estación 96.3 FM de Jalisco Radio

Inicio formalmente la primera entrega de las muchas radio columnas dedicadas a hablar de fotografía sin mayor afán de que usted o tú, que me oyes, pensemos sobre esta plataforma visual. A esta intervención la hice llamar “La cámara de lo real”, porque este ejercicio sobre lo que debería y sobre lo que no debería ser, es un dilema que ha acompañado a la fotografía desde sus inicios. En el ensayo magistral “La cámara lúcida” de Roland Barthes, el cual pueden encontrar el pdf gratuito en cualquier buscador web, hay una frase brillante la cual se refiere a esta imposible separación de la imagen y su objeto, persona, situación o paisaje que es retratado por el fotógrafo. Tal y como lo dice el escritor en sus hojas posteriores no existe la foto si no hay algo por el cual fotografiarla. Por lo que nosotros los fotógrafos deberíamos reflexionar, ¿qué es lo que tenemos frente a nosotros a la hora de hacer click? ¿Qué conformamos cuando decidimos abrirnos a la experiencia de lo que tenemos frente?
En otro ensayo igual de pertinente “¿Debemos tirar más fotos? Turistificación y régimen visual en Oaxaca”, el fotógrafo oaxaqueño Mario Cruz dialoga sobre la turistificación y el régimen visual en Oaxaca. Uno de los estados en México donde la creación de imaginarios visuales ha fungido inconscientemente como una forma de mercantilizar el folclor de la región atrayendo más turismo y con ello las prácticas feroces de la gentrificación y el desplazamiento social de las poblaciones. Haciendo una referencia al nuevo disco de Bad Bunny, Mario dialoga sobre los inminentes cambios que surgen dentro de las ciudades. Sin embargo, ¿qué sucede cuando éstos son creados desde la relación del poder con la desigualdad? Mario agrega una pregunta que me hace reflexionar en todas mis prácticas, ¿qué no estamos viendo en este momento por ver lo obvio? Si bien la fotografía al igual que las artes o el periodismo no es creada desde un acto neutral, ¿no es mucho mayor la realidad que creamos desde los imaginarios que el no fotografiarlos?
Y aunque el tema de Mario se focalice en Oaxaca, es cierto que en todas las vertientes tanto cotidianas como de forma estamos viviendo constantemente cambios de paradigma, desde nuestro consumo en alimentos, pasatiempos y relaciones, por lo que conlleva a replantearse qué papel tiene el fotógrafo como observador de la realidad, ¿es realmente un observador o es un instrumento que va junto con el consumo voraz de la imagen? Justo hace unos días lancé en mis redes una pregunta sobre qué temas eran relevantes hablar en este espacio y más o menos la mayoría se guiaban sobre qué hacer con tantas fotografías por doquier. Definitivamente consumimos más imágenes que nunca en la historia de la humanidad, ¿pero qué papel juega el fotógrafo? El de apegarnos a la creación desde la visión más personal, defenderla. Saber que el mercado se rige por vertientes actuales que están fuera de nuestro control pero que al no reclamar los espacios y plataformas, omitimos el derecho a estar dentro de ellas.
Dentro de esta marea de qué es lo que se debería hacer omitimos lo más esencial: ¿qué no estamos prestando atención hacia lo que hacemos? ¿Cómo lo hacemos? ¿Y, por qué lo hacemos?
Que este sea el inicio de un diálogo sobre lo que debemos recordar dentro de la fotografía.